Establecido un gobierno central con un Parlamento elegido y un gabinete, este gobierno no tuvo poder ejecutivo hasta 1856. A lo largo del siglo XIX, el poder político estuvo dirigido de forma alternativa por algunos grupos liberales sin cohesión, —que instituyeron el sufragio para los hombres y la educación obligatoria—, y por los conservadores que eran en su mayoría terratenientes.
En 1891, tras el fracaso de una huelga de pescadores, los sindicalistas dieron su apoyo a los liberales. Posteriormente, y hasta 1912, se sucedieron una serie de legislaturas dominadas por el Partido Liberal, que contaban con la ayuda de los laboristas, hasta que se creó el Partido Laborista Independiente en 1910.
Estos gobiernos, dirigidos primero por el periodista John Ballance y tras su muerte por Richard John Seddon y sir Joseph George Ward, realizaron un programa de reforma agraria y una legislación social cuya importancia fue reconocida internacionalmente. Las especulaciones sobre el terreno quedaron suprimidas mediante una legislación que procuraba al gobierno la adquisición de grandes propiedades para su subdivisión, y le autorizaba a la compra de pequeñas propiedades con amplias hipotecas. Otra legislación estableció contribuciones mínimas proporcionadas por un arbitraje obligatorio y la respuesta a la solución de conflictos laborales.
En 1893, Nueva Zelanda fue el primer país que dio el derecho de voto a la mujer. Durante este periodo de dominación liberal-laborista se instauró el sistema de Seguridad Social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario